A medida que se van haciendo calas y descubriendo la estructura, van saliendo a la luz los graves problemas en los elementos estructurales de madera, que han sido devorados interiormente por las termitas y atacados en muchos casos por hongos y pudrición. El ataque de las termitas es muy severo.
En las crujías posteriores y hasta la 2º planta, el deterioro de la madera es tal que algunas vigas y pilares han desaparecido casi por completo; otros están huecos y muchas zonas se desmenuzan fácilmente con las manos, revelando la pérdida de prácticamente toda su capacidad portante.
Se ha reforzado el muro de carga intermedio, cuyo asiento es el principal causante de las deformaciones de la estructura del edificio. Anteriores intervenciones equivocadas en este muro de carga provocaban la redistribución incorrecta de cargas del edificio hacia elementos que no estaban diseñados para soportar esas cargas.
Una vez consolidada la estructura vertical se puede proceder a la demolición de varios forjados de techo de planta baja, cuya estructura estaba muy deteriorada; presentaban unos desniveles muy importantes y rellenos de hasta 32 cm de sucesivas capas de morteros y solados y faltaba completamente el apoyo de muchas viguetas.
Estos forjados se han sustituido por nuevos forjados industrializados de chapa colaborante apoyados en vigas metálicas, por su rapidez de ejecución y su forma de trabajo estructural, para mitigar el hecho de que fases previas de consolidación de la estructura vertical se ejecuten despacio porque no se puede actuar en toda la estructura a la vez.
