Esta reforma tenía como objeto crear una cocina con una superficie mayor que la actual y aportarle mucha luz, capaz de ofrecer a sus propietarios el espacio y funcionalidad necesarios para desarrollar en ella diferentes usos con comodidad.
En el proyecto se utiliza un lenguaje industrial, inspirado en los loft neoyorkinos, con el blanco y el gris como colores de base, que se comportan conformando planos de luz y sombra; a partir de ahí, los elementos arquitectónicos y estructurales del espacio se tratan con diferentes texturas y materiales. Estos elementos organizan el espacio y distribuyen las funciones que se realizan en la cocina.
Un muro de ladrillo visto rústico manual que se crea en la separación con el salón juega con una columna circular de acero arañado.
La estructura metálica se deja vista y se pinta de blanco para que forme parte del espacio y no interrumpa la perspectiva espacial. Se utilizan también planos de vidrio tratado al ácido en puertas y la mesa de comer para matizar la transparencia de aquello que se quiere insinuar pero no mostrar.
El elemento generador del funcionamiento de la cocina es la gran isla central que articula todo el espacio y todas las funciones a su alrededor. Es una pieza fundamental que crea un foco de actividad, reunión y conversación a su alrededor.
Una gran superficie gris de cuarzo conforma el plano horizontal de esta isla y se prolonga en voladizo para crear una barra que permite comer, desayunar o conversar con quien cocina.
La dotación de un tubo escamoteable de enchufes en la isla, permite usarla como una gran superficie de trabajo y le da una gran funcionalidad.
La isla es el gran contenedor principal que aloja las funciones de cocinado y fregado. El resto de las funciones se alojan en contenedores verticales cerrados blancos que ocupan las paredes. Cada pared aloja una función diferente: tratamiento de la ropa – tratamiento de alimentos – almacenaje de herramientas y residuos, lo que se transmite a la forma de trabajar en la cocina.
La cocina aparece siempre ordenada; todos los contenedores son cerrados y ocultan los enseres en su interior. Esto aporta una gran sensación de tranquilidad.
Respecto a la zona de office, se planteó desde el primer croquis la necesidad de un mueble que respondiera a una función de asistencia a la mesa de comedor, tanto la mesa interior de la cocina como la mesa exterior, como los muebles de apoyo de los restaurantes.. El mueble incorpora la vinoteca, la vajilla y aquellos elementos relacionados directamente con la mesa, así como los pequeños electrodomésticos ( cafetera, exprimidor…) que lo completan en sus funciones de apoyo.
La intervención de la cocina permite realizar una ampliación al salón, al que se le aporta un elemento diferenciador interesante como es el muro de ladrillo visto que comparte con la cocina y que le da una apariencia completamente diferente.
Los propietarios necesitaban también modificar la iluminación del hall de entrada y el acceso a la zona de dormitorios. Se actúa en estas zonas creando caminos de luz en el falso techo mediante candilejas de escayola, que le aportan una iluminación indirecta.
No ha sido una reforma sencilla, en la que ha habido que tomar muchas decisiones sobre la marcha. He contado en todo momento con la confianza de los propietarios y la libertad que me han proporcionado para trabajar y diseñar.
El salón es objeto de otra intervención anterior, cuando se plantea la necesidad de crear una zona de trabajo permanente, que alojara además toda la documentación y equipamiento informático relativos al trabajo que desarrollan los propietarios.
Se incorpora la terraza al salón, definiendo la zona de trabajo mediante el diseño de un mueble de madera y una mesa de vidrio tratado al ácido, de formas curvas y sinuosas, muy ligera y volada, que se apoya aparentemente en una sola pata de acero inoxidable. Se complementa con una silla de trabajo ligera y blanca que subraya el contraste blanco – madera ( femenino – masculino) de la zona de trabajo.
Frente a la ligereza de la mesa, la estantería se diseña en madera oscura, con formas muy rectas y sensación de solidez, actuando como basamento del mirador creado con esta intervención que aporta magníficas vistas al salón.
La introducción del muro de ladrillo visto en el salón y la ampliación que se ha realizado han optimizado la circulación en el salón y han aportado una perspectiva más limpia y más amplia hacia la zona de trabajo.
Nos encanta la iniciativa. Aunque no ha sido la primera vez que nos ayudas en una obra ésta si ha sido gorda. Muchas gracias por sabernos llevar y conseguir que todo parezca mucho más fácil de lo que es. Y lo más importante transmitir tranquilidad ante las situaciones complicadas. Como nos prometiste todo lo pasado ha merecido la pena con creces. Por nuestra parte te damos 5 estrellas a ti como profesional y a la obra un diez, que para eso es nuestra.
Gracias por todo y hasta la próxima.